Género lírico: "La hora" y otros poemas.
Con una sola flor desesperada
Lo quiero con la sangre, con el hueso,
con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento,
con este corazón caliente y preso,
Y con el sueño fatalmente obseso
De este amor que me copa el pensamiento,
Desde la breve risa hasta el lamento,
Desde la herida bruja hasta su beso.
Mi vida es de su vida tributaria...
Ya te parezca tumulto, o solitaria,
Como una sola flor desesperada.
Depende de él como del leño duro
La orquídea, o cual la hiedra sobre el muro,
Que sólo en él respira levantada.
Lo quiero con la sangre, con el hueso,
con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento,
con este corazón caliente y preso,
Y con el sueño fatalmente obseso
De este amor que me copa el pensamiento,
Desde la breve risa hasta el lamento,
Desde la herida bruja hasta su beso.
Mi vida es de su vida tributaria...
Ya te parezca tumulto, o solitaria,
Como una sola flor desesperada.
Depende de él como del leño duro
La orquídea, o cual la hiedra sobre el muro,
Que sólo en él respira levantada.
La hora
Tómame ahora que aún es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
Esta taciturna cabellera mía.
Ahora, que tengo la carne olorosa,
Y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora, que en mis labios repica la risa
Como una campana sacudida a prisa.
Después... ¡ah, yo sé
Que ya nada de eso más tarde tendré!
(Las lenguas de diamante; Juana de
Ibarbourou, 1919)

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